jueves, 25 de abril de 2013

Seamos dos conocidos con amigos en común…


Un amiga, entre sus deseos para el año nuevo 2013 me escribió: “Y por el amor no te preocupes que te lo seguiremos dando los que te queremos” Busqué el ‘capture’ para comenzar a escribir esta nota y se me vuelven a encharcar los ojos.

Ese día entendí que algo debía cambiar, algo no estaba haciendo bien, algo en mi debía mejorar.

Me pasé un largo rato de mi tiempo intentando entrar en la vida de alguien que no me quiere en su vida, me conformé con poco, con destellos de cariño para creer que algún día estaría bien, pero el tiempo pasó y ese día no llegó. Intenté muchas maneras de que esa persona me dejara entrar sin darme cuenta que muchas personas me han dejado entrar sin dejar de ser yo misma.

Me encuentro leyendo el libro “Gente tóxica” de Bernardo Stamateas y me doy cuenta que permití muchas cosas y esas cosas pasaron porque así lo decidí. Somos víctimas de nuestras elecciones. Algo de esto ya lo sabía porque hace rato aprendí que uno debe tomar sus propias decisiones y estar claros que acarreará alguna consecuencia, buena o mala, el tiempo lo dirá, pero lo que si debes estar seguro que en el momento que la tomaste creíste que era la correcta, que en camino cambié tu opinión también es probable.

El aquel momento pensé que tal vez requería un sacrificio extra, un cambio de mi persona, querer ser  diferente para poder ser aceptada, mi visión en el camino cambió.

Hoy luego de todo un poco, consejos, amigos, distraerme, leer, pensar en mí, me hacen pensar que puedo avanzar, que puedo pasar a una nueva etapa, puedo aceptar que, por un tiempo fue suficiente pero ya no.

Gracias por lo momentos, gracias por lo vivido. Pero… me quedo con los que me quieren sin importar como soy.
 “No somos amigos, tampoco enemigos, solo dos extraños con recuerdos en común”